Los desposeídos -la "gran bestia" del mundo- pueden provocar trastornos
y deben ser controlados en aras de lo que en la jerga técnica se denomina
"estabilidad", lo que significa subordinación a los dictámenes de los
amos. (Noam Chomsky)




“…Entonces el segundo payaso grande, que era sin lugar a dudas el más cómico, se acercó a la baranda que limitaba la pista, y Carlos lo vio junto a él, tan cerca que pudo distinguir la boca cansada del hombre bajo la risa pintada y fija del payaso. Por un instante el pobre diablo vio aquella carita
asombrada y le sonrió, de modo imperceptible, con sus labios verdaderos. Pero los otros tres habían concluido y el payaso más cómico se unió a los demás en los porrazos y saltos finales, y todos aplaudieron, aun la madre de Carlos…”
(Fragmento de “Esa Boca”, 1955. Mario Benedetti.)


jueves, 17 de enero de 2008

DECLARACIÓN PÚBLICA


Ante la internación de Patricia Troncoso en el Hospital Erminda Martin de Chillán, sus familiares declaramos lo siguiente:


1. Hemos sido testigos de que Patricia se encuentra en un estado visiblemente afectado que se agrava todavía más a causa de su traslado a Chillán. Al momento de ser trasladada sufrió un desmayo en Temuco y otro en pleno vuelo de la avioneta que le trasladaba, y hoy puede observarse el deterioro de su condición, aislada de sus hermanos presos políticos mapuche, lo que en 98 días de huelga de hambre representa un atentado contra su estado de salud.
2. Patricia fue sacada de la cárcel de Angol al hospital de Temuco y de allí al hospital de Chillán con la evidente intención de recluirla en la cárcel de Chillán, para, de este modo, silenciar su caso. Declaramos, además, que esta determinación fue tomada sin comunicarla a la familia.
3. A través de los medios de comunicación, autoridades de gobierno y de Gendarmería han comunicado que Patricia se encontraría favorecida al ser trasladada de Temuco a Chillán y que esta medida habría sido solicitada por nosotros, los familiares. Desmentimos estas afirmaciones en todos sus puntos por cuanto jamás los familiares hemos hecho esta solicitud que se traduce, en la práctica, en un aceleramiento de su agravamiento.
4. Gendarmería ha prohibido desde hoy las visitas a Patricia, lo que representa un mayor aislamiento con el propósito de dañar su moral, rodeada de un aparataje de seguridad desproporcionado y atemorizante.
5. Exigimos al gobierno las condiciones humanas para Patricia, por tanto, su traslado urgente a hospitales de Santiago, con la atención que garantice su vida. No cesaremos de decir la verdad y de reclamar por la vida de Patricia.


Chillán, miércoles 16 de enero de 2008

domingo, 13 de enero de 2008

Claves para entender un conflicto. Carta desde las afueras de la cárcel de Angol


por: José Bengoa


Hace ya unas semanas fui a la cárcel de Angol. Iba en camioneta por el camino de Santa Juana y un carabinero gordo con casco me hizo detener y me preguntó: ¿qué anda haciendo por aquí? Lo miré con cara extraña y le dije: ¿no es este un camino público? Usted, me dijo, ¿anda trabajando o de turista? Le dije, eso no tiene por qué preguntármelo, soy ciudadano chileno y ando por donde quiero. ¡¡¡Su carné de identidad!!!! me dijo con cara de malos amigos. Pero, ¿por qué?. Si voy a Angol, le dije. ¡¡Ahá!!, va a visitar a los presos. El paco gordito estaba feliz consigo mismo por haber tenido razón en su sospecha. Entonces me lanzó una fílipica: "señor, vaya y dígales que se dejen de huevear...".

Llegué a la cárcel al mediodía. Alrededor, las ramadas del pobrerio. "Olvidaderas", como dice Pavez. Venta de sánguches y bebidas de fantasia. Una cola de personas de las que uno cree que no existen en Chile. Pobres de esos que hicieron famosos a los rotosos del siglo diecinueve. Ropas pobres, gente pobre. Me recordé las cárceles norteamericanas llenas de negros. Nadie les ha dicho a los gendarmes lo que tienen que hacer, pero un cártel decía: "Visitas a los presos comunes, Lunes, Miércoles y Viernes. Visitas a los 'Comuneros Mapuches', Martes y Jueves". Era miércoles y estaba lleno de comunes. El gendarme me vio y me dijo "¿Comuneros mapuches?". "Sí", le dije. "No es día de visita", me dijo. "No sabía, perdón". "No se preocupe, pase". Ingresé a la guardia. "Hay que esperar al comandante". Me senté y esperé. Estaban en colación. Pasaban los "mocitos" limpiando, sirviendo bebidas a los gendarmes, haciendo su pega. Jóvenes que los tratan con preferencia a cambio vaya a saber de qué. En eso llegó el Comandante que era Comandanta. No me preguntó nada.

Pase por varias rejas. Los pobres comunes compartían la visita. Unos se besaban con entusiasmo, otros compartían un sánguche, en fin, una escena difícil de describir, más bien dramática... Chequeo de rigor, un timbre color azul en la muñeca. Me llevaron a una sala especial. Escuchaba los gritos de la guardia. "Huenchunao ¡¡Visita!!". Esperé un buen tiempo hasta que apareció José. Se sorprendió. Nos dimos un abrazo largo y silencioso. Flaco como siempre o un poco más. Hablamos como dos horas. Me contó de la huelga de hambre. Me preguntó por lo que pasa en otras latitudes. De repente estábamos hablando de política y me pareció impropio en esas circunstancias. Le dije que creía que su causa era justa y agregué, imbécilmente, que a veces los métodos son equivocados. No me dijo nada. ¿Qué me iba a decir en esas circunstancias? Quién soy yo, me dije, para decir tamaña estupidez en ese lugar. Hablamos de la defensa jurídica y no hay muchas esperanzas. Sobre los aliados: nadie. Sentí un frío en la espalda. Nos abrazamos nuevamente y lo vi flaco caminando hacia el interior de la cárcel.

Salí por las puertas de fierro y me senté en la camioneta. Prendí un pucho. En ese momento me vino a la mente la película de los irlandeses, "El viento que acaricia el prado", de Ken Loach. Me dije que unos pocos años más van a hacer una película y estos van a ser los héroes. Sentí la soledad. Allí pense que tarde o temprano iba a haber un muerto mapuche, un nuevo joven muerto mapuche. El tema mapuche se lo han dejado a la policía. Es evidente, como se ha visto, que se trata de un asunto político. Con los presos uno habla de política y en serio. El gobierno y el estado, la prensa, desconoce nada menos que esa tamaña verdad y los trata como delincuentes. Ni los gendarmes se equivocan tanto. Durante los meses de huelga de hambre que mantuvieron 5 presos, el gobierno se negó a hablar con ellos. Los ignoró. No salió ni una letra en los diarios chilenos. Nadie o casi nadie salió a gritar a las calles. Están solos, sin alianzas, sin aliados. Los muchachos en huelga de hambre pedían la libertad de todos los presos políticos y la desmilitarización de la Araucanía. ¿Quién podrá en este país de farándulas comprender estas demandas? No me cabe duda que hay una suerte de "militarización de la Araucanía" y por ello comencé esta carta con la historia del carabinero en el camino de Santa Juana. Pero ¿alguien entendería ello?

En las declaraciones de los presos de la cárcel de Angol, uno percibe la espiral de la soledad. No solo critican y se apartan de las otras organizaciones mapuches, sino también van en contra de los posibles mediadores. Se han erigido cada vez murallas más altas, fronteras étnicas podríamos decir. La única forma, me imagino pensarán, de romper la soledad y el silencio a que se ha sometido a los huelguistas es mediante la acción simbólica, la acción directa en el borde de la legalidad. La prensa sólo publica cuando los mapuches hacen alguna movilización. Ese debe haber sido el sentido de volver una vez más al Fundo Santa Margarita de Vilcún, una suerte de símbolo de este conflicto. Romper el silencio y vaya cómo se ha roto, a qué costo, ¡Dios mio!

Los mapuches se han ido radicalizando. Ya no aceptan políticas paternalistas, en que la autoridad los mira como niños y con cara boba dice: "que interesante es la cultura mapuche". Por suerte. Pero la autoridad y me atrevería a decir que toda la sociedad chilena, no acepta su alegato por la diferencia y su derecho a dirigirse por sí mismos. La demanda mapuche actual no es ni mucho más que lo aprobado el 16 de septiembre de 2007 con el voto favorable de Chile en la Asamblea General de las Naciones Unidas. La Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas reconoce el derecho a la libredeterminación y a ejercer la autonomía política. Eso acá, es visto como una idea ridícula y quienes la defienden son tratados como delincuentes. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha declarado "admisible" la demanda de los cinco mapuches en huelga de hambre contra el Estado chileno. La decisión firmada en Washington el 2 de mayo del año 2007 lleva el número 32/07 y se titula: Juan Patricio Marileo y otros versus Chile. Los huelguistas ganaron y la demanda ha sido declarada "admisible" por lo que debe ir a la Corte Interamericana. Nada de eso se dice, ni se sabe.

Los mapuches no tienen ningún camino institucional por medio del cual puedan procesar sus demandas. Lamentablemente la CONADI ha sido capturada por una burocracia que se autoreproduce y no tiene ninguna capacidad de procesar las demandas políticas indígenas. En las recientes elecciones de consejeros del organismo votó una minoría ínfima y fueron reelectos los mismos dirigentes. Las propuestas de la Comisión de Verdad y Nuevo Trato fueron ridiculizadas con el racismo soterrado que caracteriza a la sociedad chilena. Allí se proponían fórmulas institucionales para que las mínorías tuvieran representación parlamentaria y sus demandas tuviesen cabida en la democracia chilena. Hoy día esta democracia es "étnicamente excluyente".

Podríamos trazar los momentos teóricos del proceso. El primer momento es el de la colonización. La imagen colonial exige desde el poder que el indígena sea sumiso, "respetuoso" de la autoridad. Quienes se comportan de ese modo, son los "verdaderos mapuches". Se les saca fotos, se los hace bailar con sus ponchos en las ceremonias oficiales y se sonrie condescendientemente. Hay un segundo momento que es el de la "rebelión del sujeto". Se inicia ya no un proceso encubierto de crítica y resistencia sino uno de carácter abierto. En Chile es evidente el proceso de "emergencia mapuche" en que se ha producido una ruptura de esa imagen colonial y folclórica: el joven no asiente "respetuoso" y levanta la voz, reivindica sus derechos. En un tercer momento se produce el desencuentro, los espacios que abre la sociedad son solamente al mundo indígena aceptado y no al mundo indígena emergente. Se inicia una espiral de incomprensiones: "¿Quiénes son estos que antes no eran así?". Se radicalizan las posiciones. La sociedad regional se asusta, el Estado reacciona mediante la represión policial. Se judicializa el conflicto, se lo saca de su carácter político y se lo encierra en sus dimensiones delictuales. Se los acusa de terroristas. Liviana y peligrosa acusación. Tiene consecuencias. Así como me llaman me comporto, dice la teoría de los espejos.

Los indígenas, algunos, se radicalizan y del hablar fuerte se pasa a acciones fuertes. No es fácil determinar cuál es el antes y el después. La represión inicialmente contribuyó a profundizar las fronteras étnicas, a radicalizar más a algunos y a inhibir a otros sectores del movimiento indígena, a desunirlo, dispersarlo, fragmentarlo, no lo sabemos. Son procesos múltiples de acción y reacción. Mientras la autoridad y la sociedad no vuelva el tema étnico al plano de la política, no pregunte en serio ¿qué quieren estas personas? y se siente a dialogar y a debatir el asunto, seguramente no habrá solución a la cuestión mapuche. La policía tratará de mantener a raya a los jóvenes, tendrá éxitos policiales, llenará aun más las cárceles, habrá más víctimas y se escuchará el ruido ensordecedor de "defendamos el Estado de Derecho". Pero no se han dado cuenta que ese "Estado de Derecho", si no se modifica, condena al silencio a un enorme sector de la población y que para más remate, es indígena y eso no es cualquier cosa ya que hoy el tema étnico "recorre como un fantasma" el mundo, y no solo Europa como dijo un viejo alemán hace ya más de un siglo.

No cabe duda para cualquier analista de que se trata del conflicto más serio y complejo que tiene esta sociedad. No se arregla en todo caso, con dinero. Si no estuviéramos frente al hecho de que mueren personas, de que muchas víctimas pueden existir, creeríamos que todo es una locura, una invención. Es por ello que se me enreda en este momento la película de Loach sobre Irlanda con la situación de mis amigos en huelga de hambre. A comienzos del siglo veinte el colonialismo interno se transformó en insoportable en Irlanda. La presencia de tropas inglesas, histórica por lo demás, condujo a muchos jóvenes irlandeses a inmolarse. Alguien dirá que la comparación es excesiva. Yo podría afirmar que no. En todo caso, la comparación es necesaria para saber de qué estamos hablando.


en http://www.azkintuwe.org/ original en The Clinic

sábado, 12 de enero de 2008

Uribe, ¿por qué no te callas?


por Atilio Boron

La liberación de las dos rehenes en poder de las FARC constituye una tremenda derrota para el presidente Álvaro Uribe, obcecado en su afán por aplicar los métodos del ex -alcalde de Nueva York, Ralph Giuliani, para resolver los gravísimos desafíos que plantea la guerrilla en Colombia. Con su intemperancia abortó una operación que debería haber culminado sin sobresaltos a finales del año pasado. Tal como lo manifestaran quienes residen en la zona donde supuestamente se produciría la entrega de las rehenes, allí las operaciones militares se intensificaron en lugar de retraerse, ante lo cual la guerrilla dio muestras de una prudencia y una sensatez que, en realidad, deberían ser signos distintivos de un gobierno y postergó la entrega de las prisioneras. Envalentonado por sus mentores estadounidenses Uribe aprovechó la ocasión para montar un show mediático en donde hizo gala de una agresiva verborragia atacando sin ton ni son a todos los involucrados en la operación Emmanuel. Embriagado por su propia retórica tuvo palabras descorteses e hirientes para con los varios gobiernos de la región y sus representantes, quienes solidariamente acudieron en calidad de garantes y para facilitar el buen éxito de una negociación que el propio Uribe, de haber obrado inteligentemente, tendría que haber sido el primero en facilitar. Pero si con su incontinencia verbal ofendió y desairó “en caliente” a los garantes y sus gobiernos en Villavicencio, volvería a reincidir en esa actitud días más tarde y “en frío” por boca de su Canciller, un hombre que no posee ninguna de las virtudes que se requieren para el arte de la diplomacia. Las idas y venidas de Uribe en relación al canje humanitario, a la desmilitarización del corredor selvático, a la presencia de garantes internacionales, a la autorización y desautorización, para luego nuevamente autorizar la mediación del Presidente Hugo Chávez corroboran una vez más lo que la absoluta mayoría de los colombianos saben muy bien: que el principal obstáculo para el canje humanitario y para pacificar el país no es otro que el presidente Uribe. Por eso el exabrupto de Don Juan Carlos milagrosamente se convierte, ante sus continuas rabietas y su inflamada oratoria, en un sabio consejo: conviene que le haga caso al enfadado monarca y se calle por un tiempo, dejando que otros arreglen lo que él no puede sino desarreglar aún más.


Con la liberación de Clara Rojas y Consuelo González teniendo lugar ante la absoluta impotencia de Uribe, devenido en un anónimo televidente, se agigantaron las dudas sobre el margen real de autodeterminación y soberanía que posee su gobierno para resolver la grave crisis política de Colombia. ¿Habiendo dado tantas muestras de ofuscación, imprevisibilidad e iracundia, amén de una desorbitada predisposición a seguir las directivas que emanan de Washington, ¿será Uribe la persona capaz de transitar serena y racionalmente por los complicados meandros de una negociación diplomática que ponga fin a la pesadilla que abruma a los colombianos? No parece. Por eso es el gran perdedor de esta jornada. Sus bravatas se vuelven ahora en su contra, mientras que la Senadora Piedad Córdoba y el Presidente Hugo Chávez emergen, ante la opinión pública mundial, como los firmes y confiables negociadores que contra viento y marea -y contra la opinión de la autodenominada “prensa seria” internacional- persistieron en su propósito, mantuvieron su calma y su paciencia y lograron su objetivo. Las FARC, a su vez, se prestigian como un actor que cumple con su palabra aún en las condiciones más adversas, al paso que Uribe aparece como alguien que, precisamente, no es capaz de cumplir con lo prometido. Por último, otros ganadores son los vapuleados garantes internacionales enviados por los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil y Ecuador, su misión reivindicada ex post y que ahora podrán disfrutar el dulce sabor del éxito que un enardecido Uribe les frustró hace apenas unos pocos días.



DECLARACIÓN PÚBLICA. Historiadores e Historiadoras ante la política de Estado en Territorio Mapuche

En presencia de los gravísimos acontecimientos acaecidos últimamente en la Araucanía, que han significado la virtual militarización del territorio histórico del pueblo mapuche, la instauración de un régimen permanente de vigilancia y terror policial y el asesinato del joven estudiante y comunero Matías Catrileo Quezada por miembros del cuerpo de Carabineros de Chile, y ante la indiferencia de las principales autoridades del Estado frente a la huelga de hambre de los prisioneros políticos mapuches, los historiadores e historiadoras abajo firmantes declaramos:
1.- Los hechos mencionados tienen una larga génesis histórica, que arrancó con el proceso de conquista y ocupación militar de la Araucanía por las huestes españolas en el siglo XVI, cuando empezó el proceso de usurpación de las tierras indígenas. Si bien la resistencia mapuche logró contener durante los siglos coloniales y en las primeras décadas republicanas el avance invasor, durante la segunda mitad del siglo XIX, a medida que el Estado nacional chileno se consolidaba, nuevamente la clase dominante fijó sus ojos en esos territorios, desplegando la mal llamada “Pacificación de la Araucanía”, que culminó con el despojo violento de las tierras del pueblo mapuche y su confinamiento en reducciones que han perpetuado su pobreza, marginación y discriminación hasta nuestros días.

2.- Desde entonces la lucha de los mapuches por recuperar sus tierras ancestrales no ha cesado aunque se ha manifestado de manera diversa y ha conocido avances y retrocesos según los momentos históricos. Comenzando con la constitución de las primeras organizaciones mapuches (mutualistas y culturales) a comienzos del siglo XX hasta las actuales recuperaciones de tierras, pasando por la participación en partidos políticos, el levantamiento de Ranquil de 1934 (en alianza con campesinos pobres chilenos) y las “corridas de cerco” de los años de la Reforma Agraria, se puede observar una notable continuidad histórica en las demandas de tierra, justicia y libertad de este pueblo.

3.- En los últimos años las reivindicaciones históricas mapuches han sido enfrentadas por el Estado de Chile de manera esencialmente judicial y policial, criminalizando sus luchas y negándose al reconocimiento de su autonomía como pueblo. Esto se ha traducido en una creciente militarización de la Araucanía, la aplicación de la Ley Antiterrorista, heredada de la dictadura militar, y el cerco mediático oficial respecto de la realidad que se vive en ese territorio.

4.- Los principales agentes del Estado, al igual que las autoridades regionales y locales de la Araucanía, los partidos políticos representados en el Parlamento, las organizaciones empresariales y la mayoría de los medios de comunicación social han patrocinado o avalado esta ofensiva represiva contra las comunidades mapuches, guardando un silencio cómplice o deformando groseramente lo que está ocurriendo.

5.- Esta situación requiere un drástico cambio de política del Estado de Chile, que debe asumir un reconocimiento pleno de la diversidad de pueblos originarios existente en nuestro país, lo que implica, entre otros puntos, la autonomía política de las comunidades indígenas, la devolución de sus tierras arbitrariamente usurpadas en base al “derecho de Conquista” y el pleno respeto de los Derechos Humanos de sus integrantes.

Santiago, 10 de enero de 2008.



- Sergio Grez Toso, Director Magíster de Historia y Ciencias Sociales Universidad ARCIS, académico de la Universidad de Chile.
- Igor Goicovic Donoso, académico de la Universidad Santiago de Chile.
- Julio Pinto Vallejos, académico de la Universidad Santiago de Chile.
- Alexis Meza Sánchez, Director de Currículum de la Universidad ARCIS, miembro del Taller de Ciencias Sociales “Luis Vitale”.
- Pablo Marimán Quemenado, académico de la Universidad ARCIS, Bío-Bío.
- Sebastián Leiva, académico de la Universidad ARCIS.
- Carmen González Martínez, académica de la Universidad de Murcia, España.
- Rolando Álvarez Vallejos, académico Universidad de la ARCIS, investigador del Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz.
- Karen Alfaro Monsalve, académica de la Universidad ARCIS, Bío-Bío.
- Daniel Palma Alvarado, académico de las universidades ARCIS y Alberto Hurtado.
- Patricio Herrera González, académico de la Universidad de Valparaíso.
- Alicia Salomone, académica de la Universidad de Chile.
- Mario Valdés Vera, coordinador Carrera de Historia y Ciencias Sociales Universidad ARCIS, Bío-Bío.
- José Luis Cifuentes Toledo, académico de las universidades ARCIS (Bío-Bío) y Bolivariana de Los Ángeles.
- Gabriel Salazar Vergara, Premio Nacional de Historia, académico de la Universidad de Chile.
- Felipe A. Lagos Rojas, Magíster © en Estudios Latinoamericanos.
- Alex Díaz Villouta, académico de la Universidad ARCIS, Bío-Bío.
- Claudia Zapata, académica de la Universidad de Chile.
- Marcos Fernández Labbé, académico de la Universidad Alberto Hurtado.
- José Luis Martínez Cereceda, Director de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.
- Ricardo Vargas Morales, académico de la universidades ARCIS Bío-Bío y Bolivariana sede Los Ángeles..
- Eduardo Cruzat C., académico de la Universidad ARCIS, Bío-Bío.
- Margarita Iglesias Saldaña, Directora de Relaciones Internacionales de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.
- Milton Godoy Orellana, académico de las univesidades de La Serena y Academia de Humanismo Cristiano.
- Fabio Moraga Valle, profesor investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
- Eduardo Godoy Sepúlveda, profesor del profesor del Preuniversitario Popular y Solidario Luis Emilio Recabarren González, Pedro Aguirre Cerda, Santiago.
- Alberto Díaz Araya, académico de la Universidad Bolivariana sede Iquique.
- Pablo Artaza Barrios, académico de la Universidad de Chile.
- Francis Goicovic, académico de la Universidad de Chile.
- Pablo Aravena Núñez, Jefe de Carrera de Pedagogía en Historia y Geografía de la Universidad de Viña del Mar.
- Nancy Fernández Mella, académica de la Universidad de Talca.
- Mario Garcés Durán, académico de la Universidad de Santiago de Chile, Director de ECO, Educación y Comunicaciones.
- Elisabet Prudant Soto, ayudante de la Escuela de Historia Universidad Diego Portales.
- María Angélica Illanes, académica de la Universidad Austral, Valdivia.
- Pedro Rosas Aravena, Director de la Escuela de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad ARCIS.
- Simón Castillo Fernández, Magíster © en Historia, Universidad de Chile.
- Carlos Vivallos Espinoza, Investigador CONICYT/Fondecyt de la Universidad de Concepción.
- Luis Corvalán Márquez, académico de las universidades de Santiago de Chile (USACH) y de Valparaíso.
- Raúl Núñez Muñoz, académico de la Universidad de Los Lagos.
- Augusto Samaniego, Director del Departamento de Historia Universidad de Santiago de Chile.
- Alberto Harambour Ross, académico de la Universidad ARCIS.
- Jorge Magasich, académico del Institut des Hautes Études des Communications Sociales, Bruselas, Bélgica.
- Carlos Ruiz Rodríguez, académico de la Universidad de Santiago de Chile.
- Jaime Insunza Becker, Vice-rector Académico de la Universidad ARCIS.
- Carlos Sandoval Ambiado, académico de las universidades Bolivariana y del Mar.
- Juan Carlos Gómez Leyton, Director del Doctorado en Procesos Sociales y Políticos en América Latina de la Universidad ARCIS.
- Beatriz Areyuna Ibarra, Jefa de la Carrera de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
- Hernán Venegas Valdebenito, académico de la Universidad de Santiago.
- Manuel Fernández Gaete, Director Sede Los Ángeles de la Universidad Bolivariana.
- Leonardo León Solís, académico de la Universidad de Chile.
- Miguel Rojas-Mix, Doctor honoris causa de la Universidad de Santiago de Chile y de otras universidades de América y Europa.
- Jorge Rivas Medina, Magíster © en Historia de la Universidad de Santiago de Chile.
- Pedro Canales Tapia, académico de la Universidad Pedro de Valdivia, La Serena.
- Marcela Cubillos Poblete, Directora de la Escuela de Pedagogía en Historia y Geografía de la Universidad de La Serena.
- María Valeria Frindt Carretón, profesora de Historia del Arte e Historia del Diseño.
- Leonardo Mazzei de Grazia, académico de la Universidad de Concepción.
- Claudio Robles Ortiz, académico de la Universidad de Concepción.
- Iván Ljubetic, investigador del Centro de Extensión Luis Emilio Recabarren.
- Alejandra Brito Peña, académica Universidad de Concepción.
- Claudio Pérez, académico Universidad Bolivariana, sede Los Ángeles.
- Luis Jara Urrea, profesor de Historia y Geografía, Secretario CUT provincial Concepción.
- Juan Guillermo Muñoz Correa, académico de la Universidad de Santiago de Chile.
- Pedro Bravo Elizondo, académico de la Wichita State University, Estados Unidos.
- Cristián Castro, doctorando en Historia de la Universidad de California, Estados Unidos.
- Luis Alegría Licuime, académico de las universidades ARCIS y Academia de Humanismo Cristiano.
- Rogelio Alegría Herrera, académico de la Universidad Bolivariana, sede Los Ángeles.
- Carolina Andaur Marín, Doctoranda en Historia, El Colegio de México.
- Nelson Castro Flores, académico de la Universidad de Valparaíso.
- Enrique Fernández Darraz, historiador y Doctor en Sociología por el Instituto de Sociología de la Universidad Libre de Berlín.
- Patrick Puigmail, académico de la Universidad de Los Lagos, Osorno.
Jorge Benítez, Coordinador Académico de la Escuela de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad ARCIS.
José del Pozo, académico de la Université de Québec, Montreal, Canadá.