Los desposeídos -la "gran bestia" del mundo- pueden provocar trastornos
y deben ser controlados en aras de lo que en la jerga técnica se denomina
"estabilidad", lo que significa subordinación a los dictámenes de los
amos. (Noam Chomsky)




“…Entonces el segundo payaso grande, que era sin lugar a dudas el más cómico, se acercó a la baranda que limitaba la pista, y Carlos lo vio junto a él, tan cerca que pudo distinguir la boca cansada del hombre bajo la risa pintada y fija del payaso. Por un instante el pobre diablo vio aquella carita
asombrada y le sonrió, de modo imperceptible, con sus labios verdaderos. Pero los otros tres habían concluido y el payaso más cómico se unió a los demás en los porrazos y saltos finales, y todos aplaudieron, aun la madre de Carlos…”
(Fragmento de “Esa Boca”, 1955. Mario Benedetti.)


viernes, 2 de mayo de 2008

Saludo a las hormigas obreras del viento*

Por: Raúl Hernán Contreras Román

Nosotros vivimos como las hormigas: juntamos durante el verano para pasar el invierno. Esa fue la primera gran lección de economía que aprendí de los labios de mi madre, una hormiga, como tantas, que viven en aquel hormiguero rodeado de cerros. Hormigas obreras que sin nacer morenas se tornaron negras al sol y al polvo.

Hace ya varios años que las temporadas no son muy generosas con las hormigas del viento. Los inviernos se hacen cada vez más largos y difíciles. Los potreros son cada vez menos y los sueños de la industrialización del hormiguero, que por tantos años vendieron, a cambio de un voto, las reinas hormigas holgazanes; terminó por ser un fracaso.

Por ello que las hormigas aprendieron a usar sus antenas para ir de potrero en potrero buscando un lugar donde hacer lo que saben. Hace tiempo se levantan antes, mucho antes, que la aurora y son llevadas a otros parajes donde el sol parece estar más cerca de la tierra, donde los suelos son más inhóspitos, donde crecen espinas, donde la sombra y el viento escasean.

A veces las hormigas pierden parte de sus dedos mientras trabajaban, a veces se insolan y pasan las tardes con sed. Mas eso importa, porque ni las heridas, ni la piel destrozada, ni la deshidratación se van ni se ven en la exportación.

Muchos piensan que las hormigas no saben pronunciar algunas palabras del español tan refrendadas en estos tiempos, quizás el sol no sólo haya dañado su piel; sino también sus odios. Tan dañados se encuentran que desde hace mucho tiempo que las hormigas no logran distinguir la sutil diferencia sonora entre exportación y explotación. Eso porque desde el tiempo de "las botas y los sables" que se impuso en las mentes la idea de que exportación es sinónimo de trabajo. Al mismo tiempo que se imponía en las espaldas de las hormigas la idea de que trabajo era sinónimo de explotación.
*Texto en homenaje a los trabajadores y trabajadoras temporeras de la ciudad del viento, Llay-llay; V Región, Chile
Fotografías Rodrigo Salinas www.elpimiento.cl

2 comentarios:

Luz flamigera dijo...

que lindas palabras :)..

Tú mami tiene que estar muy orgullosa de ti, eres un gran hombre y compañero :)..
un abrazo mi washito... nos vemos... cuando ya no existan las ojas.

Anónimo dijo...

me gusta cuando escribes...sobretodo porq es con el corazón, es bueno saber q existen antropolokos q hacen eso jj

muchas fuerzas en todo lo q estas haciendo en brasil...

y vente luego q se te extraña!!!!

POLA