Los desposeídos -la "gran bestia" del mundo- pueden provocar trastornos
y deben ser controlados en aras de lo que en la jerga técnica se denomina
"estabilidad", lo que significa subordinación a los dictámenes de los
amos. (Noam Chomsky)




“…Entonces el segundo payaso grande, que era sin lugar a dudas el más cómico, se acercó a la baranda que limitaba la pista, y Carlos lo vio junto a él, tan cerca que pudo distinguir la boca cansada del hombre bajo la risa pintada y fija del payaso. Por un instante el pobre diablo vio aquella carita
asombrada y le sonrió, de modo imperceptible, con sus labios verdaderos. Pero los otros tres habían concluido y el payaso más cómico se unió a los demás en los porrazos y saltos finales, y todos aplaudieron, aun la madre de Carlos…”
(Fragmento de “Esa Boca”, 1955. Mario Benedetti.)


martes, 27 de mayo de 2008

Homenaje a Manuel Marulanda


Por: James Petras

Pedro Antonio Marín Marín, más conocido como Manuel Marulanda Vélez y “Tirofijo”, era el líder máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Fue, sin duda alguna, el campesino revolucionario más grande de la historia del continente americano. Durante sesenta años organizó movimientos campesinos y comunidades rurales y, cuando todas las vías democráticas legales se le cerraron de forma brutal, creó el ejército guerrillero más poderoso de América Latina y las milicias clandestinas que lo sustentaban. En su época de mayor apogeo, entre 1999 y 2005, las FARC contaban con casi 20.000 combatientes, varios cientos de miles de campesinos activistas y cientos de unidades de milicias comunales y urbanas. Incluso hoy, a pesar del desplazamiento forzoso de tres millones de campesinos como resultado de las políticas de tierra quemada y las masacres del gobierno, las FARC tienen entre 10.000 y 15.000 guerrilleros en sus numerosos frentes distribuidos por todo el país.

Lo que hace tan importantes los logros de Marulanda son sus habilidades organizativas, su agudeza estratégica y sus intransigentes posiciones programáticas, basadas en el apoyo a las exigencias populares. Más que cualquier otro líder guerrillero, Marulanda, tenía una compenetración sin par con los pobres de las zonas campesinas, los sin tierra, los cultivadores indigentes y los refugiados rurales durante tres generaciones.

Tras empezar en 1964 con dos docenas de campesinos que habían huido de pueblos devastados por una ofensiva militar dirigida por USA, Marulanda construyó metódicamente un ejército guerrillero revolucionario sin contribuciones económicas o materiales extranjeras. Más que cualquier otro líder guerrillero, Marulanda fue un gran maestro político rural. Las extraordinarias dotes organizativas de Marulanda se fueron refinando a través de su íntima vinculación con el campesinado. Como había crecido en una familia de campesinos pobres, vivió entre ellos cultivando y organizándolos: hablaba su mismo lenguaje, se ocupaba de sus necesidades diarias más básicas y de sus esperanzas de futuro. De manera conceptual, pero también a través de la experiencia cotidiana, Marulanda realizó una serie de operaciones políticas y militares estratégicas basadas en su brillante conocimiento del terreno geográfico y humano. Desde 1964 hasta su muerte, Marulanda derrotó o eludió al menos siete importantes ofensivas militares financiadas con más de siete mil millones de dólares de ayuda militar usamericana, que incluía miles de “boinas verdes”, cuerpos especiales, mercenarios, más de 250.000 militares colombianos y 35.000 paramilitares integrados en escuadrones de la muerte.

A diferencia de Cuba o Nicarangua, Marulanda construyó una base masiva organizada y entrenó una dirigencia en gran parte rural; declaró abiertamente su programa socialista y nunca recibió apoyo político o material de los denominados “capitalistas progresistas”. A diferencia de los corruptos y codiciosos gánsteres de Batista y Somoza, que saqueaban y se retiraban bajo presión, el ejército de Colombia era un formidable aparato represor, altamente entrenado y disciplinado, reforzado además por homicidas escuadrones de la muerte. A diferencia de otros muchos famosos guerrilleros “de afiche”, Marulanda fue un auténtico desconocido entre los elegantes editores izquierdistas de Londres, los nostálgicos sesentaiochistas parisinos y los socialistas eruditos de Nueva York. Marulanda pasó su tiempo exclusivamente en la “Colombia profunda”; prefería conversar y enseñar a los campesinos y enterarse de sus quejas a conceder entrevistas a periodistas occidentales ávidos de aventura. En lugar de escribir manifiestos grandilocuentes y adoptar poses fotogénicas prefería la pedagogía popular de los desheredados, estable y poco romántica pero sumamente eficaz. Marulanda viajó desde valles prácticamente inaccesibles a cordilleras, desde selvas a llanuras, siempre organizando, luchando... reclutando y entrenando a nuevos líderes. Evitó presentarse en los “foros de debate del mundo” o seguir la ruta de los turistas izquierdistas internacionales. Nunca visitó una capital extranjera y cuentan que jamás puso los pies en Bogotá, la capital de la nación. Pero tenía un amplio y profundo conocimiento de las exigencias de los afrocolombianos costeños; de los indiocolombianos de las montañas y la selva; de las ansias de tierra de millones de campesinos desplazados; de los nombres y direcciones de los terratenientes maltratadores que brutalizaban y violaban a los campesinos y a sus familiares.

Durante las décadas de los sesenta, los setenta y los ochenta, numerosos movimientos guerrilleros se levantaron en armas, lucharon con mayor o menor capacidad y, luego, desaparecieron asesinados, derrotados (algunos incluso se convirtieron en colaboradores) o se integraron en los partos y repartos electorales. Poco numerosos, luchaban en nombre de inexistentes “ejércitos populares”; la mayoría eran intelectuales, más familiarizados con los discursos europeos que con la microhistoria, la cultura popular y las leyendas de los pueblos a los que trataban de organizar. Fueron aislados, rodeados y arrasados; dejaron quizá una herencia bien publicitada de sacrificio ejemplar, pero no cambiaron nada sobre el terreno.

Por el contrario, Marulanda encajó los mejores golpes de los presidentes contrainsurgentes de Washington y Bogotá y se los devolvió al cien por cien. Por cada pueblo arrasado, Marulanda reclutó a docenas de campesinos luchadores, enfurecidos y desamparados, y los entrenó con suma paciencia para que fuesen cuadros y comandantes. Más que cualquier ejército guerrillero, las FARC llegaron a ser un ejército de todo el pueblo: un tercio de los comandantes eran mujeres, más del setenta por ciento eran campesinos, si bien se les asociaron intelectuales y profesionales, que fueron entrenados por cuadros del movimiento. Marulanda fue un hombre venerado por su estilo de vida excepcionalmente sencillo: compartió la lluvia torrencial bajo cubiertas de plástico. Millones de campesinos lo respetaban profundamente, pero nunca practicó el culto a la personalidad: era demasiado irreverente y modesto, prefería delegar las tareas importantes a una dirigencia colectiva, con mucha autonomía regional y flexibilidad táctica. Aceptó un amplio abanico de opiniones sobre tácticas, incluso si discrepaba profundamente de ellas. A principios de los ochenta, muchos cuadros y líderes decidieron probar la vía electoral, firmaron un “acuerdo de paz” con el presidente colombiano, crearon un partido –la Unión Patriótica– e hicieron elegir a numerosos alcaldes y diputados. Incluso obtuvieron cuantiosos votos en las elecciones presidenciales. Marulanda no se opuso públicamente al acuerdo, pero no abandonó las armas ni “bajó desde las montañas a la ciudad”. Mucho más lúcido que los profesionales y los sindicalistas que se postulaban en las elecciones, Marulanda comprendía al carácter extremadamente autoritario y brutal de la oligarquía y sus políticos. Sabía que los gobernantes de Colombia no aceptarían nunca una reforma agraria justa sólo porque unos “pocos campesinos analfabetos los derrotasen en las urnas”. En 1987, más de 5.000 miembros de la Unión Patriótica habían sido asesinados por los escuadrones de la muerte de la oligarquía, entre ellos tres candidatos a la presidencia, una docena de congresistas y mujeres y alcaldes y concejales. Los supervivientes huyeron a la selva y se reincorporaron a la lucha armada o se marcharon al exilio.

Marulanda era un maestro a la hora de romper los cercos y evitar las campañas de aniquilación, sobre todo las que diseñaron los mejores y más brillantes estrategas del centro de contrainsurgencia de los Cuerpos Especiales del US Fort Bragg y de la Escuela de las Américas. A finales de los noventa, las FARC habían ampliado su control a más de la mitad del país y bloqueaban autopistas y atacaban bases militares situadas a sólo 65 kilómetros de la capital. Muy debilitado, el entonces presidente Pastrana terminó por aceptar negociaciones serias de paz, en las que las FARC exigieron una zona desmilitarizada y un programa que incluía cambios estructurales básicos en el Estado, la economía y la sociedad.

A diferencia de las guerrillas centroamericanas, que cambiaron las armas por cargos electorales, antes de deponer las suyas Marulanda insistió en la redistribución de la tierra, en el desmantelamiento de los escuadrones de la muerte y en la destitución de los generales colombianos implicados en las masacres, en una economía mixta basada en buena medida en la nacionalización de los sectores económicos estratégicos y en la financiación a gran escala de los campesinos para el desarrollo de cosechas alternativas a la coca.

En Washington, el presidente Clinton asistía histérico a aquel espectáculo y se opuso a las negociaciones de paz, en especial al programa de reformas, así como a los debates públicos abiertos y a los foros de debate organizados por las FARC en la zona desmilitarizada, a los que asistía numerosa la sociedad civil colombiana. La aceptación por parte de Marulanda del debate democrático, la desmilitarización y los cambios estructurales desenmascara la mentira de los socialdemócratas occidentales y latinoamericanos y de los universitarios de centroizquierda, que lo acusaron de “militarista”. Washington trató de repetir el proceso de paz centroamericano engatusando a los jefes de FARC con la promesa de cargos electorales y privilegios a cambio de que vendiesen a los campesinos y a los colombianos pobres. Al mismo tiempo Clinton, con el apoyo de los dos partidos del Congreso, hizo aprobar un proyecto de ley de apropiación de dos mil millones de dólares para financiar el mayor y más sangriento programa de contrainsurgencia desde la guerra de Indochina, denominado “Plan Colombia”. El presidente Pastrana dio por terminado de forma abrupta el proceso de paz y envió soldados a la zona desmilitarizada para que capturasen a la cúpula de las FARC, pero cuando éstos llegaron, Marulanda y sus compañeros ya se habían ido de allí.

Desde el 2002 hasta ahora, las FARC han alternado los ataques ofensivos y las retiradas defensivas, en especial desde finales de 2006. Con una financiación sin precedentes y un apoyo tecnológico ultramoderno de USA, el nuevo presidente Álvaro Uribe –socio de narcotraficantes y organizador de escuadrones de la muerte– adoptó una política de tierra quemada para ensañarse con el campo colombiano. Entre su elección en 2002 y su reelección en 2006, más de 15.000 campesinos, sindicalistas, trabajadores de derechos humanos, periodistas y otros críticos fueron asesinados. Regiones enteras del campo fueron vaciadas: de la misma manera que en la Operación Phoenix usamericana en Vietnam, se contaminó la tierra de cultivo con herbicidas tóxicos. Más de 250.000 soldados y sus compinches paramilitares de los escuadrones de la muerte diezmaron amplias zonas del campo colombiano controladas por las FARC. Helicópteros proporcionados por Washington bombardearon la selva en misiones de búsqueda y destrucción (que no tenían nada que ver con la producción de coca o con el envío de cocaína a USA). Al destruir toda la oposición popular y las organizaciones campesinas y al desplazar a millones de colombianos, Uribe logró empujar a las FARC hacia regiones más remotas. Al igual que había hecho en el pasado, Marulanda asumió una estrategia de retirada táctica defensiva, abandonando territorio para proteger la capacidad de lucha de los guerrilleros en el futuro.

A diferencia de otros movimientos guerrilleros, las FARC no recibieron ningún apoyo material del exterior: Fidel Castro repudió públicamente la lucha armada y buscó lazos diplomáticos y comerciales con gobiernos de centroizquierda e incluso mejores relaciones con el brutal Uribe. Después de 2001, la Casa Blanca de Bush etiquetó a las FARC de “organización terrorista”, presionando a Ecuador y Venezuela para que restringiesen los movimientos fronterizos de las FARC en busca de abastecimientos. El “centroderecha” de Colombia se dividió entre los que prestaban un “apoyo crítico” a la guerra total de Uribe contra las FARC y los que protestaban infructuosamente contra la represión.

Es difícil imaginar que un movimiento guerrillero pueda sobrevivir frente a una financiación tan masiva de la contrainsurgencia, un cuarto de millón de soldados armados por el imperio, millones de desplazados de sus tierras y un presidente psicópata vinculado directamente con una cadena de 35.000 miembros de escuadrones de la muerte. Sin embargo, sereno y resuelto, Marulanda dirigió la retirada táctica; la idea de negociar una capitulación nunca se le pasó por la mente, ni a él ni a la cúpula de las FARC.

Las FARC no tienen frontera contigua con un país que lo apoye, como Vietnam la tenía con China; tampoco goza, como Vietnam, del suministro de armas de la URSS ni del apoyo masivo internacional de los grupos occidentales de solidaridad, como los sadinistas. Vivimos en una época en la que apoyar a los movimientos campesinos de liberación nacional no está “de moda”; en la que reconocer que el genio de líderes campesinos revolucionarios que construyen y mantienen la auténtica masa de los ejércitos populares es tabú en los pretenciosos, locuaces e impotentes Foros Sociales Mundiales, cuyo “mundo” excluye regularmente a los campesinos militantes y para los que “social” significa el constante intercambio de mensajes electrónicos entre fundaciones financiadas por ONG.

Es en este ambiente tan poco prometedor frente a las pírricas victorias de los presidentes de USA y Colombia donde podemos apreciar el genio político y la integridad personal de Manuel Marulanda, el más grande campesino revolucionario de América Latina. Su muerte no generará afiches o camisetas para estudiantes universitarios de clase media, pero vivirá eternamente en los corazones y las mentes de millones de campesinos de Colombia. Se le recordará siempre como “Tirofijo”, un ser de leyenda al que mataron una docena de veces y, a pesar de ello, regresó a los pueblos para compartir con los campesinos sus vidas sencillas. Tirofijo fue el único líder que era realmente “uno de ellos”, que durante medio siglo se enfrentó al aparato militar y mercenario yanqui y nunca fue capturado o derrotado.

Los desafió a todos en sus mansiones, sus palacios presidenciales, sus bases militares, sus cámaras de tortura y sus burguesas salas de redacción. Murió de muerte natural, después de sesenta años de lucha, en los brazos de sus queridos compañeros campesinos.

¡Tirofijo, presente!

en: www.rebelion.org

El sociólogo James Petras nació en Boston el 17 de enero de 1937, de padres griegos, originarios de la isla de Lesbos. Ha publicado más de sesenta libros de economía política y, en el terreno de la ficción, cuatro colecciones de cuentos.


Traducido para Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala por Manuel Talens.
Dibujo de José Mercader.

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.

sábado, 24 de mayo de 2008

La agonía del imperio

Nota sobre la crisis. Recuerdos del futuro que no queremos.

Por: Raúl Hernán Contreras Román

Los bárbaros todos reunidos despertaron casi al mismo tiempo, cuando el sol de la mañana golpeo sus parpados embriagados. La noche fue de juerga y de festín. Todos festejaban y celebraban las señales y los designios. La noticia estaba en las sacras escrituras, en el discurso de los monjes, en la posición de las estrellas y hasta en los clandestinos informes que llegaban del imperio.
Allá, decían los informes, los mercaderes del imperio tiraban sus cabellos, hasta quedar calvos, al ver el desplome de sus riquezas, el emperador ni sus asistentes sabían que hacer, nadie confiaba en él ni en ellos, las tropas enviadas a lejanas tierras para derrotar a rebeldes bárbaros habían fracasado.
Llegaba el momento, el ansiado momento en que el imperio del mal se derrumbaba.
Los muros se vendrían abajo y los bárbaros podrían vivir de otra cosa que no fuese la mendicidad y la esclavitud. Los bárbaros serían dueños por fin de su futuro, tal y como habían pronunciado hace años los iguales muertos en la lucha por ese tiempo ulterior.
Esa noche, nadie escuchó a un pequeño grupo de bárbaros que no celebraba y que intentó, en vano, hablar en el lacónico espacio de silencio, en que los ebrios callaban para oír los brindis.
Esa noche, nadie recordó un sólo pasaje de la historia de los bárbaros, de las muertes, de los desaparecidos, de los culpables, de las ordenes, de las intenciones.
Al día siguiente los bárbaros mandaron a retirar sus tropas de las fronteras, a excluir de las aulas todas esas complejas materias que intentaban, en tres tomos, explicar la complejidad del imperio. No era necesario hacer nada. Todo terminaría sin ningún esfuerzo. El imperio caería sin que los bárbaros derramaran una sola gota nueva de sangre ni de sudor.
La agonía del imperio era evidente. Y en eso también concordaba el grupo de bárbaros que no festejó la noche anterior.
Lo que no era evidente eran las razones de ese síntoma de expiración aparentemente cercana.
Después de esa noche y después de ese día y sólo y únicamente después de que el imperio devoró bárbaramente todo lo bárbaro, los sobrevivientes supieron que la debilidad del imperio se debía al hambre interminable de esa bestia de fauces putrefacta; que al día siguiente eructó su crisis y volvió sentir apetito.

Uno de cada siete niños está sometido a alguna forma de explotación laboral, según la OIT


por: Carolina Gómez Mena

A escala mundial, aproximadamente uno de cada siete niños está sometido a alguna forma de explotación laboral, señala la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
No obstante, destaca que en los últimos años ha habido resultados positivos en la eliminación del trabajo de menores, “especialmente de las peores formas”, como la minería, el comercio sexual y las labores agrícolas.
Asimismo, señala que en regiones como América Latina y el Caribe es donde se han registrado los mayores avances, pues en esas áreas sólo desarrollan actividades económicas aproximadamente 5 por ciento de los niños de entre cinco y 14 años (unos 5.7 millones), lo cual contrasta con regiones como África subsahariana, donde 26 por ciento (50 millones) de los menores trabajan.
Según documentos de esta institución de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Asia y el Pacífico el problema es importante, ya que se calcula que en esas áreas cerca de 122 millones de niños en el mismo rango de edad son explotados laboralmente.
A unas semanas de que se conmemore el Día Mundial contra el Trabajo Infantil –el próximo 12 de junio–, la OIT puntualiza que de cada 10 menores que trabajan, alrededor de 70 por ciento lo hacen en el sector agrícola, 22 por ciento en el de servicios y 9 por ciento en la industria, incluidas la minería, la construcción y las fábricas.
La OIT remarca que el trabajo infantil es un “obstáculo para la enseñanza”, por lo que para este año la conmemoración del 12 de junio se centrará en el mensaje: “la educación es la respuesta acertada al trabajo infantil”. En este contexo, plantea que debe haber “una educación para todos los menores, al menos hasta la edad mínima de admisión al empleo”, así como la adopción de políticas que luchen contra el problema del trabajo infantil, impartiendo educación de calidad, formación de calificación con recursos adecuados y enseñanza que promueva la sensibilización sobre la necesidad de luchar contra dicho flagelo.
La OIT refiere que dicho problema está estrechamente vinculado a la pobreza. “Una familia de escasos recursos puede no tener los medios de pagar las cuotas escolares u otros gastos inherentes a la educación, además de que es posible que dependa de la contribución que la niña o el niño trabajador aporten, y atribuir más importancia a ese ingreso que a su instrucción académica.
“Por otro lado, cuando una familia tiene que escoger entre enviar a su hijo o a su hija a la escuela, suele ser la niña la que sale perdiendo.”
Apunta que ahora más que nunca los niños necesitan una educación y formación de calidad si desean adquirir las calificaciones necesarias para tener éxito en el mercado laboral. Sin embargo, advierte que “en muchos países, las escuelas a las cuales tienen acceso las familias pobres no disponen de los recursos suficientes y no están adaptadas a sus necesidades. Instalaciones limitadas, clases sobre- pobladas y carencia de profesores correctamente formados son algunos de los elementos que contribuyen a un nivel de educación bastante abajo”.
Primaria gratuita y obligatoria
Indica que las metas propuestas sólo podrán alcanzarse si se resuelven los factores que generan el trabajo infantil y que impiden que las familias pobres envíen a sus hijos a la escuela. Entre otras cosas –señala–, se debe ofrecer una enseñanza primaria gratuita, pública y obligatoria; eliminar los obstáculos a la educación de las niñas; reforzar las leyes sobre trabajo infantil y educación, de conformidad con las normas internacionales; luchar contra la pobreza; asegurar que los menores tengan acceso a una escuela y a un entorno de aprendizaje seguro y de calidad; abordar el problema del déficit mundial de profesores y asegurar un cuerpo docente adecuadamente formado y profesional, así como aumentar la sensibilización a la necesidad de eliminar el trabajo infantil”.
Según las estimaciones de la OIT, entre 2000 y 2004 el número de niños de entre cinco y 17 años que trabajan en el mundo se redujo 11 por ciento, y el de los que están inmersos en trabajos peligrosos descendió 26 por ciento, pues mientras a principios del milenio había 246 millones de menores trabajadores, en 2004 la cifra se estimó en 218 millones, y de ellos sólo 126 millones lo hacían en actividades peligrosas, en lugar de los 171 millones de principios de este siglo.
La expectativa es que en este momento la cifra sea menor. Según la OIT, actualmente más de 165 millones de niños de entre cinco y 14 años desarrollan actividades económicas.

viernes, 16 de mayo de 2008

A cien años del nacimiento de Salvador Allende. Logros y errores del Gobierno de la Unidad Popular

por: Jacques Chonchol

En este año del centenario de su nacimiento, se hablará mucho de Salvador Allende desde distintos ángulos y puntos de vista. Se rememorará su larga vida política anterior al gobierno de la UP, se hablará sobre todo de la experiencia del gobierno de la Unidad Popular que fue la culminación de Salvador Allende como político, se hablará por mucho tiempo de su muerte heroica y simbólica en defensa del Chile democrático. Nosotros nos dedicaremos por ahora a analizar muy superficialmente algunos logros y exigencias de su gobierno, el gobierno de la Unidad Popular.
El programa de este gobierno, adoptado en diciembre de 1969, proponía una transformación profunda de las estructuras económicas y sociales del capitalismo chileno. Se pretendía liberar al país de la tutela extranjera y aumentar y redistribuir el ingreso nacional. Entre los imperativos destacábamos: la constitución de tres formas de propiedad empresarial: el área de propiedad social, el área privada y el área mixta. Segundo, la nacionalización de todas las riquezas mineras, especialmente del cobre que ya había sido en parte chilenizado por el gobierno de Eduardo Frei. Tercero: la nacionalización del sistema bancario y de todos los monopolios. Cuarto: la nacionalización de todos los sectores de base que condicionaban la actividad económica: electricidad, transporte, etc.
Por otro lado, la profundización de la reforma agraria comenzada bajo el gobierno de Eduardo Frei, eliminando definitivamente el latifundio que se consideraba la principal lacra para el desarrollo de la agricultura chilena. Además, un vasto programa de acción social y cultural del cual muy a menudo nos olvidamos y que tuvo una importancia muy grande y seguramente la tendrá en el futuro. Finalmente relaciones internacionales con todos los países. Chile estaba limitado por el imperialismo, no teníamos relaciones con Cuba, no teníamos relaciones con China ni con la mayor parte de los países del área socialista, e inclusive con muchos otros países.
No voy a entrar a analizar detalladamente el delicado y difícil proceso de confirmación del triunfo de Allende, a consecuencia de la violencia desatada por la derecha que culminó con el asesinato del General Schneider, ni a la campaña del terror contra la supuesta amenaza soviética. Acordémosnos como estaban empapeladas de afiches las calles de Santiago en que aparecían tanques soviéticos penetrando al país. El surgimiento, que a veces se olvida, del movimiento fascista Patria y Libertad, el 10 de septiembre de 1970, o sea 6 días después del triunfo en las elecciones de Salvador Allende y la injerencia permanente del gobierno de los Estados Unidos contra la Unidad Popular.
Finalmente, después de las negociaciones con la Democracia Cristiana, por un estatuto de garantías constitucionales, el Congreso confirmó el triunfo de Allende el 24 de octubre, con 153 votos a favor, 35 votos para Alessandri y 7 votos en blanco. El 4 de noviembre asumió el nuevo gobierno y nombró su primer gabinete en que por primera vez en la historia de Chile había 3 ministros obreros. El gobierno de la UP empezó de inmediato una política social y económica para superar la situación de la población más desfavorecida. Hay que recordar que un 2% de las familias chilenas percibía el 46 por ciento del ingreso nacional y un 60% de las familias solo el 17 % de ese ingreso. ¿Qué hizo el gobierno en los primeros meses? Compensó la inflación de 1970 con un alza del 35% de todos los salarios, estableció salarios mínimos que subió al 66% con respecto a los que había anteriormente. Entre noviembre de 1970 y julio de 1971 el ingreso mínimo de los asalariados aumentó el 60%, se bloquearon los precios de los productos básicos, pan, leche, electricidad, arriendo, se lanzó un gran plan de construcción de viviendas populares, y se crearon numerosas nuevas escuelas primarias y secundarias.
La Reforma Agraria
Se relanzó la reforma agraria para terminar con el latifundio lo más rápidamente posible. Entre 1965 y 1970 el gobierno de Frei había expropiado mil 400 latifundios, entre 1971 y 1973, bajo la UP, se expropiaron 4400. En relación a esto hay algo que quisiera subrayar y que normalmente no se considera, a pesar de la gran importancia que tuvo. La Ley de la Reforma Agraria no contemplaba la situación particular de los indígenas. Los indígenas, los mapuches, era considerados campesinos igual que cualquier otro y por lo tanto si recibían beneficios no era como comunidades o como pueblos indígenas, sino como campesinos pobres, igual a los de la reforma agraria. Por lo tanto no había cómo resolver este problema dentro de ese contexto legal.
Allende fue invitado a Temuco en diciembre de 1970, tuve la oportunidad de acompañarlo y hubo una gran manifestación en el estadio donde las comunidades le plantearon varias cosas. Primero la necesidad de recuperar las tierras que les habían usurpado, y en segundo lugar le presentaron un proyecto de ley indígena que era el primer proyecto que no había sido elaborado por los parlamentarios y por los políticos sino que por las propias comunidades de base. Allende lo tomó en sus manos y dijo: “Lo hago mío y lo voy a presentar al Parlamento”. Por supuesto que lo presentó.
Desgraciadamente como en el Parlamento no teníamos mayoría hubo una serie de modificaciones, pero en definitiva salió una ley indígena que era bastante favorable para las comunidades. Ordenó trasladar el Ministerio de Agricultura a Temuco, lo que se hizo en diciembre del 1070 hasta marzo de 1971, para que aplicara la ley de reforma agraria en la región en todos los predios expropiados y si había tierra que había sido usurpada a las comunidades se les devolvieran antes de proceder a su redistribución. Se lograron más o menos unas 150 mil hectáreas de tierras por la vía de la reforma agraria que no estaban destinadas a los mapuche, pero que fueron destinadas directamente a las comunidades a las que se las habían usurpado.

Las nacionalizaciones y las áreas de propiedad

Hubo indudablemente muchos conflictos, hay que recordar que en esa época hubo muchas tomas de tierras. Existía un movimiento indígena fuerte impulsado por el MIR que con el argumento de “Arauco vuelve a la lucha” ocupó una serie de tierras. Muchas veces esas ocupaciones permitían la expropiación, pero otras muchas veces no permitían la expropiación porque eran tierras que pertenecían a pequeños agricultores. Cuando habían sido usurpadas eran de grandes agricultores, pero habían pasado los años, se habían dividido, las habían heredado y ahora estaban en manos de pequeños agricultores. Expropiar esas tierras en mano de los pequeños agricultores era darle un argumento muy fuerte a la derecha que afirmaba que la reforma no era solamente contra los latifundistas sino que era contra todos los pequeños agricultores chilenos. Eso nos creó un conflicto bastante grave que de una u otra manera se pudo resolver, pero que indudablemente fue uno de los primeros obstáculos que tuvo en este proceso el gobierno. Después se nacionalizó el cobre por una reforma constitucional aprobada por el Congreso el 11 de julio de 1971. Por ella se establecía que debían reducirse de la indemnización los beneficios excesivos obtenidos por las empresas norteamericanas: la Kennecoth y la Anaconda. En los 15 años anteriores esas utilidades resultaron equivalentes a 774 millones de dólares que era más del valor de la indemnización que correspondía pagar a las empresas del cobre. Esto por supuesto causó una enorme oposición del gobierno de los Estados Unidos y Henry Kissinger que no podían aceptar las expropiaciones, y menos aún las expropiaciones sin compensación. Ese fue un elemento negativo para el futuro, no solamente por lo que ocurría en Chile sino por el ejemplo que sentaba para otros países en el mundo donde había inversiones norteamericanas.
También se nacionalizaron los bancos mediante la compra de las acciones a los pequeños accionistas a un precio superior al del mercado. A fines de 1971 el gobierno tenía en sus manos el 57% de las acciones de los bancos privados, por lo tanto hubo una nacionalización bancaria por la vía de la compra, por la vía mercantil propiamente tal y no había problemas. Y sobre las 30.500 empresas industriales y artesanales censadas en 1967, 150 eran consideradas monopolios que el gobierno quería nacionalizar. ¿Qué hizo el gobierno de la Unidad Popular? Utilizó un decreto vigente de 1932, de la República Socialista, el Decreto Ley 520, y procedió a intervenir y requisar numerosas industrias. Entre noviembre de 1970 y noviembre de 1972 se intervinieron 212 industrias y se requisaron 126, en total 338. Algunas estaban en el listado para ser nacionalizadas, pero también hay que reconocer que muchas fueron resultado de la presión de los trabajadores. No eran monopolios importantes, pero había conflicto, los trabajadores las ocupaban y forzaban de cierta manera al gobierno a requisarlas aun sin la voluntad ni el interés determinado por la política pública propiamente tal. Sin embargo, era el resultado de la lucha social que se estaba produciendo.

Cultura y relaciones internacionales

En política cultural se creó la editorial Quimantú, comprando parte de las instalaciones de Zig-Zag, logrando las colecciones de “Quimantú para Todos”, “Nosotros los Chilenos” y los “Cuadernos de Educación Popular”. Antes de 1970 los tirajes no sobrepasaban los 3 mil ejemplares de cada edición, Quimantú tuvo tirajes de 50 mil ejemplares y en 1972 se publicaban mensualmente más de 500 mil ejemplares. Ni siquiera se utilizaban las librerías porque no tenían la capacidad de ofrecer toda esa cantidad y se recurrió a los puestos de periódicos, los kioscos, para hacer llegar los libros a los chilenos.
En política internacional se establecieron relaciones con todos los países del mundo, especialmente con los países del área socialista y, cosa muy interesante que demuestra la habilidad de Allende, tuvo buenas relaciones políticas con el gobierno militar de Argentina y con el gobierno militar de Perú que estaba en manos de Velasco Alvarado, neutralizando de cierta manera los posibles frentes internacionales que se le podían abrir.

Las tomas y los interventores

Hubo sin embargo una serie de problema que fueron los que en definitiva produjeron el vuelco contrario al gobierno de Allende. El primero de estos problemas, lo menciono rápidamente, fueron las tomas. Era una forma de reivindicación social que había desarrollado en el país desde fines del gobierno de Frei. Las tomas eran por muy diversas razones, por un terreno, por una casa, por un barrio, por un predio, por un fundo, por lo que fuera. Cuando se trataba de casos aislados se procedía a resolverlos mediante la negociación específica con los pobladores involucrados. Pero ¿qué pasó al generalizarse el fenómeno de las tomas? Se empezó a crear en el país un clima de desorden que el gobierno no era capaz de controlar. Allende no quería por ningún motivo utilizar la represión, y recordaba lo que había ocurrido con otros gobiernos, y decía: en mi gobierno no se hará ninguna represión contra el pueblo. Sin embargo, cuando esta forma de actuar se amplió mucho, y las tomas se extendieron desde las zonas agrícolas hasta las zonas urbanas, el gobierno intentaba negociar, pero sin éxito.
Eso creó un problema de desorden y anarquía que en definitiva favoreció un clima donde el gobierno aparecía incapaz de imponer el orden y de dirigir el país. Indudablemente un elemento que jugó negativamente contra el gobierno.
El otro elemento negativo fueron los interventores. En todas las empresas que se intervenían o que se tomaban había que nombrar a un responsable. ¿Quién era el responsable? Un interventor ¿Quién era el interventor? Un militante de algunos de los partidos políticos de la Unidad Popular. Algunos eran muy capaces, pero otros eran francamente incapaces porque no tenían la menor idea de cómo manejar una empresa, de cómo manejar una industria. Eso sin duda que fue bastante negativo desde el punto de vista de la funcionalidad de la operación. Había peleas entre los partidos para que el interventor fuera de uno u otro partido, lo que era inaceptable, desmoralizador y hacía el juego de la oposición.
También ocurrió que, por ser ésta la primera vez que un gobierno daba a la clase proletaria, a los obreros, tanta importancia, se fue creando una conciencia colectiva de que todo Chile le pertenecía a los trabajadores. Esto provocó que en muchas empresas los obreros se sintieron superiores a los patrones y los fueran anulando, los fueran desplazando: el patrón ya no era autoridad. La empresa no podía marchar muy bien en esas condiciones y eso creó una serie de problemas negativos.

El desabastecimiento, la clase media y las divisiones internas

La otra cosa, que todos recuerdan, fue el desabastecimiento y el mercado negro. Por dificultades económicas externas y falta de créditos bloqueados por el imperialismo, se habían agotado las reservas nacionales. La capacidad portuaria de Chile era limitada y, si bien podíamos importar, muchas veces no teníamos cómo sacar la mercadería de los puertos en óptimas condiciones, y así se fue creando desde fines de 1971 un cierto desabastecimiento. Además, había un gran poder de compra en manos de la gente, no solamente de los sectores populares, sino que de la clase media. ¿Qué pasa cuándo se crea una situación de este tipo? La gente tiende inmediatamente a comprar mucho más de lo que necesita porque quiere precaverse para el futuro, entonces la gente que tenía que comprar el litro de aceite, si podía comprar diez compraba diez. Así fue aumentando el desabastecimiento y generó una serie de problemas. Se hizo un interesante y muy importante esfuerzo con la creación de las JAP, las Juntas de Abastecimiento y Precios, pero no fue suficiente para contrarrestar las dificultades y el sabotaje. La prueba fue que al día siguiente del golpe de estado aparecieron enormes cantidades de mercaderías que habían sido acumuladas. Hay que reconocerlo, no fue solo la forma de pensar y actuar la clase media, sino también de ciertos sectores populares, porque en la medida que tenían algún poder podían acumular más cosas, contribuyendo así de una manera muy importante al desabastecimiento y a la inflación.
Pienso finalmente, y es tema de reflexión, que no tuvimos en la UP una política más favorable a la clase media. Teníamos una visión del país fundamentalmente proletarista, el pueblo eran los trabajadores, los trabajadores manuales, los campesinos. Pero una parte importante del país no formaba parte de ese pueblo, sino que se encontraba en la clase media y no supimos darle suficiente importancia. Eso fue produciendo con el paso del tiempo un desbalance, especialmente visible en un partido orientado hacia la clase media que era la Democracia Cristiana que en un comienzo apoyó muy bien a Allende. En esos primeros momentos los dirigentes de la DC eran partidarios de Allende, y no solamente lo nominaron, sino que le dieron apoyo. Pero al poco andar fueron desplazados por gente más de derecha, hasta que se produjo una alianza entre la DC y la derecha ligada a la clase media y a los gremios. Todo lo cual contribuyó de manera importante a crear un conflicto con ese grupo.
Ahí surgió también la mala idea de lanzar el proyecto de la ENU, el famoso proyecto de la Escuela Nacional Unificada. No era el momento oportuno y prácticamente sirvió para impulsar una enorme propaganda contra el gobierno. Tuvo que intervenir Allende y retirar el proyecto.
Y por último está el problema de fondo, a mi juicio, que son las divisiones de la UP. La verdad que la UP era un frente de partidos en que existía un profundo acuerdo para el camino revolucionario, pero profundamente dividido en las estrategias: unos querían avanzar sin transar y otros consolidar antes de seguir avanzando. Los problemas internos que existían en los Comité de Ministros y en los distintos sectores de la UP anulaban las acciones del gobierno. Allende hacía esfuerzos enormes y tenía una virtud -no se puede afirmar que fue un defecto-: era demasiado democrático, era demasiado respetuoso de los partidos políticos, no quería imponer nada a los partidos políticos. Pero en los momentos decisivos habría sido tal vez necesario un hombre con voluntad de imponerse más fuertemente a los partidos para evitar esa lucha permanente que anulaba la eficiencia del gobierno.

Conclusiones

En definitiva, sin entrar a analizar otros elementos -todos saben lo que vino después, el golpe, etc-, ¿qué queda hoy día después de más de 30 años? Queda el recuerdo de los problemas más ambiciosos de transformación económica y social que cualquier gobierno de este país haya tenido, quedan algunas reformas que no fueron anuladas y que siguen siendo fundamentales para el futuro de Chile, como fue la nacionalización el cobre. La dictadura no se atrevió a privatizar el cobre, abrió las minas de cobre a los capitales extranjeros, pero no tuvo el poder de ir más allá. Todos apreciamos hoy que la euforia de este gobierno por los excedentes del cobre y es porque Codelco pertenece al Estado y no al sector privado. La gran lucha de la oligarquía, actualmente, es para que se privatice Codelco, pero nosotros decimos que no solamente habría que no privatizar, sino que recuperar todas las privatizaciones que se hicieron en la minería como consecuencia de la apertura que ha habido en los gobiernos de la Concertación.
Quedó el logro de la realización de la Reforma Agraria, y en definitiva y a pesar de todo lo que vino después, se terminó con el latifundio en Chile. La Reforma terminó con esa lacra que impedía la modernización del agro y que cambió la mentalidad de los agricultores. Antes se dedicaban a acumular tierras, ahora los agricultores se han vuelto capitalistas invirtiendo y produciendo. Eso fue un importante cambio de mentalidad. Desgraciadamente, en la ctualidad, una gran parte de la agricultura campesina está en una situación bastante desmedrada, pero hay que reconocer que ha habido un progreso productivo muy importante como consecuencia indirecta de la Reforma Agraria.
Quedó una dignificación de los sectores más postergados de la sociedad chilena. Creo que nunca como en ese tiempo, el pueblo sintió que el gobierno le pertenecía. Tal vez con excesos en algunas cosas. Muchas veces se produjeron abusos, pero no cabe duda que eso fue un tiempo de gran dignidad para el pueblo.
Y finalmente el ejemplo moral de Allende y su repercusión para el futuro en defensa de la democracia. Sus fallas ya las vimos: no imponerse más sobre los partidos de la UP, no considerar adecuadamente el peso de la clase media y un programa demasiado ambicioso en el corto plazo para la fuerza económica real. No podemos olvidar que llegamos al gobierno con el 40% de los votos y que el programa era para una transformación total de la sociedad y de toda la economía chilena. No solamente tuvimos un 60% de la población de Chile en contra, también teníamos al imperialismo. O sea, teníamos demasiados enemigos. El programa era demasiado ambicioso, en términos realistas, considerando a los enemigos del gobierno de la UP. Y finalmente, como ya lo mencionamos, las divisiones de la izquierda, presionada en parte por la ultraizquierda, que fueron muy negativas para el gobierno.
Creo que el gobierno de la UP es una experiencia histórica. Allende será recordado como uno de los grandes presidentes de la historia de Chile a pesar de su fracaso. Creo que hay muchos ejemplos que destacan en su gobierno. Reitero, nunca el pueblo chileno había sido tan dignificado como lo fue entonces, pero también tenemos que reflexionar sobre las fallas que tuvimos. La historia nunca es igual, van cambiando las circunstancias, pero indudablemente la historia obliga a una reflexión acerca de los errores que se cometieron. Esto es fundamental para poder enfrentar el futuro en mejores condiciones.

miércoles, 14 de mayo de 2008

El peor hijodeputa de la historia latinoamericana

Por: Trincherasur

A diferencia de otros sátrapas este se ensañó contra su propio pueblo tiene el record del horror, en solo dos años exterminó a 150 mil, quemó pueblos enteros con sus gentes. No tuvo la fama de Pinochet, Galtieri, Videla o Stroessner. Aunque al igual que estos hizo su propia síntesis de las tesis de Hitler y las de Smith. Estos sucesos pasaron no hace tanto, hace 26 años no más. Pero el más grande hijodeputa de la historia latinoamericana ha vivido en la total impunidad más aún tiene cierto reconocimiento público, ahora es diputado…
Sus hordas quemaron vivos a hombres, mujeres y niños. Centenares de pueblos ardieron con sus gentes dentro. Previas sesiones de tortura y festines de barbarie inimaginables.
La escoria siente asco de esta escoria, Efraín Rios Montt es su nombre y como la sanguijuela-garrapata que es sigue succionando la savia y sangre de su pueblo. Uno de los pueblos mas sabios e inverosímiles de la historia.
La Guatemala maya masacrada y despojada por la espada y la enfermedad española, nuevamente repite la tragedia por voluntad de este terrible perro asesino del imperio yanqui. Que se yergue incluso sobre Pinochet, Galtieri y Videla, en el podium de los peores sátrapas ha parido el continente.
Basura que la basura escupiría, Rios Montt el peor hijodeputa de la historia latinoamericana.
ver este documental:
ver este documental:
http://www.dailymotion.com/video/x116yh_guatemala-la-tierra-arrasada

martes, 13 de mayo de 2008

DECLARACION PÚBLICA DE LA G-80

Frente al anuncio de un pacto electoral por omisión entre el Partido Comunista, el Partido Humanista y la Concertación de Partidos Políticos, el Movimiento G-80 hace pública su reflexión acordada en asamblea democrática, que se desarrolla en el mes de mayo:

Consideramos esta eventual alianza electoral como un grave error político en el contexto del actual desprestigio de la Concertación y del gobierno de la Presidenta Bachelet debido a su sistemático incumplimiento de promesas y nula conquista de auténticos espacios democráticos.
Un acuerdo político en estas condiciones siembra la confusión y la división dentro de los sectores políticos y sociales progresistas y de izquierda.
Constatamos - al igual como lo hacen miles de chilenos cotidianamente - que el bloque gobernante es una expresión de una política de derecha, asociada a los poderes fácticos de nuestro país, en el plano económico, social y político.
Desde ya auguramos que el acuerdo por omisión sólo permitirá afianzar y aumentar los enclaves de poder de los partidos políticos de la Concertación.
Seguiremos bregando por la unidad de la izquierda en la construcción de una alternativa de cambios democráticos que ponga el acento en la participación social y ciudadana, un cambio del modelo económico neoliberal imperante y una convocatoria a Asamblea Constituyente que permita el surgimiento de una nueva Constitución Política para un Chile Bicentenario con democracia plena.
No estamos dispuestos a suscribir un pacto por omisión con la coalición gobernante, pero respetamos las decisiones que puedan tomar otros conglomerados o grupos de izquierda. Esperamos que nuestra posición sea comprendida y respetada de la misma manera.
Seguiremos luchando contra este sistema injusto, apoyando a los candidatos de izquierda en los territorios y comunas donde esa presencia esté respaldada por un trabajo social de base.
Cuando hay que votar, votamos Izquierda siempre, sin omisiones y sin exclusiones.

¡Que mande la gente, el sueño de Allende!¡Que mande la gente, Asamblea Constituyente! Movimiento G-80 Coordinador Movimiento Generación 80, G-80

Coordinador Movimiento Generación 80, G-80

Declaración Pública ante huelga de Hambre de Trabajadores del Cobre


Aconcagua, 12 mayo 2008.-

Ante la huelga de hambre que han iniciado hoy dirigentes y trabajadores contratistas del cobre, encabezados por el presidente nacional de la C.T.C., Cristian Cuevas Zambrano, el Comité Regional “Vicente Contreras Araneda” declara lo siguiente:
1.- Nosotros, comunistas, acusamos a los ministros del Interior, Pérez Yoma y del Trabajo, Osvaldo Andrade, por figurar como garantes de un acuerdo de solución al prolongado conflicto entre los trabajadores contratistas del cobre y CODELCO, y que en la práctica se han negado a ejercer su compromiso y, en vez de hacer valer su poder político, actúan como cómplices de los responsables de tanta ignominia.
2.- Acusamos a José Pablo Arellano, a Eduardo Loyola y Daniel Barría y a toda la patota de fascinerosos que administran CODELCO, a espaldas y en contra de los intereses de todos los chilenos y con el beneplácito del gobierno de la Concertación. Son ellos los responsables de no cumplir los compromisos contraídos con los trabajadores; son ellos los que no tienen palabra de honor y sus rúbricas garabatos escritos sin valor ninguno. Firman acuerdos a sabiendas que no los cumplirán, despreciando la fe pública que de ellos se espera.
3.- Acusamos a esta casta de privilegiados del poder dominante, que se están robando las riquezas que genera el cobre producido con las manos y la inteligencia de los trabajadores contratistas. Estos sirvientes del gran capital son los que desconocen los dictámenes de la Inspección del Trabajo con el apoyo del gobierno de la Concertación.
4.- Acusamos a la Corte Suprema, por ser la institución de suprema injusticia en Chile. La Suprema ha hecho lo que sabe hacer con eficiencia y sumisión: servir obsecuentemente los intereses de los poderosos y platudos de este país, pero jamás hacer justicia a los trabajadores. Hoy, han consumado un nuevo crimen jurídico: denegar justicia a los pobres que generan las riquezas para Chile. Una vez más, se ponen de lado de los opresores y soberbios.
5.- Acusamos al gobierno de Michelle Bachelet, por traicionar sus principios; por faltar reiteradamente a sus promesas de candidata; por observar indolente el drama humano de cientos de miles de familias angustiadas que creyeron en sus anuncios de justicia social, y le dieron su voto de confianza. Nada han cumplido que favorezca de veras a los pobres, sólo ha sabido gobernar para los ricos y demás miserables de espíritu que la acompañan. El pueblo sabrá juzgarlos en su momento, no será para siempre su lealtad manoseada.
6.- Llamamos a la jerarquía eclesiástica, a no mantener su silencio frente a las injusticias cometidas por CODELCO. Saludamos el rol desempeñado por el obispo Alejandro Goic, que ha sabido ser la Iglesia que espera el pueblo cristiano, ser voz de los sin voz, como enseñaba Monseñor Raúl Silva Henríquez.
7.- Ante tanta violencia institucionalizada; ante tantas injusticias cometidas; ante tanto daño ocasionado, sólo queda oponerse y unirse. La protesta del pueblo es un derecho, pero también es un deber frente a un sistema espúreo, liberticida y antidemocrático que nos impone el hambre y la miseria. Hay que gritar ¡¡basta ya!!
Hay que desconocer este orden político y social injusto e inmoral.
No tenemos derecho a permitir que nos sigan avasallando; no tenemos derecho a permitir que nos sigan explotando impunemente. Debemos rebelarnos ante el poder corrupto que nos margina de la toma de decisiones políticas que nos afectan directamente, como ocurrió la semana pasada en el Parlamento, que negó producir reformas mínimas al sistema electoral binominal, concebido e impuesto por la dictadura militar para escamotear la voluntad soberana del pueblo.
Sólo la unidad férrea de los trabajadores y su lucha resuelta y combativa por sus justos y legítimos derechos nos permitirán lograr nuestros objetivos de justicia y paz social.
Con la razón y la fuerza, ¡¡Venceremos!!

Dr. Mario Méndez Allendes

Presidente Regional


jueves, 8 de mayo de 2008

Bolivia: ¿Quién ganó en el referendo del 4 de mayo?


por: Marta Harnecker


Luego de unos resultados inciertos, los dos bandos en pugna se atribuyen el triunfo en relación con el referendo sobre el Estatuto Autonómico realizado en el Departamento de Santa Cruz el pasado domingo 4 de mayo.
¿Cómo determinar quién tiene la razón?
Para poder juzgar o medir los resultados de una acción es fundamental tener en cuenta cuál era el objetivo que cada actor buscaba con ella.
La oligarquía cruceña perseguía lograr una asistencia masiva a las urnas: era la única manera de quitarle fuerza al argumento de peso del gobierno acerca de la ilegalidad del proceso; si conseguía ese objetivo podría entonces argumentar que aunque no fuese un proceso legal era un proceso legítimo, la gente masivamente habría expresado su sentir respecto al Estatuto Autonómico y el gobierno tendría que tomar en cuenta ese sentir popular.
Por su parte, el gobierno, el MAS y los movimientos sociales se propusieron lograr la mayor abstención posible para quitarle peso a los resultados que se dieran en las urnas, donde se pronosticaba un amplio apoyo al SÍ.
A esta consigna de la abstención propiciada por la propaganda oficial se agregó luego la consigna de votar NO, consigna que lanzaron algunos sectores pensando en las presiones que estaba usando la oposición para obligar a la población a asistir a votar.
Aunque las cifras de que se disponen no son cifras oficiales y probablemente no lo serán nunca, porque no hubo una instancia neutral que observara el proceso además de descubrirse papeletas marcadas previamente con el SI, si tomamos las ultimas cifras de los medios de comunicación y usadas por el gobierno puede decirse que la abstención fue mayor que la esperada: en Santa Cruz la abstención fue del 17% en el referéndum autonómico de 2006 y ahora se alcanzó la cifra de un 39% y esta cifra, sumada a los votos por el NO y a los votos nulos, llegó a representar un poco menos de la mitad del electorado, un 48.3%. De cada 10 personas que debían votar, alrededor de 4 no asistieron o no pudieron asistir a las urnas y 1 votó NO o anuló su voto.
A partir de este análisis el gobierno y sus seguidores pueden darse por satisfechos. Sin embargo, habrá que preguntarse si se puede hablar de triunfo cuando un poco más de la mitad de la población electoral cruceña se expresó contra el proyecto de país que representa Evo Morales y apoyó conscientemente o bajo manipulación a los grandes grupos oligárquicos que dominan económica, ideológica y políticamente la región.
Y también habría que preguntarse si se podrá atribuir este fruto solamente a la maquiavélica acción de la oligarquía local apoyada por el imperialismo.
Parece más probable que aquí hayan jugado también errores y debilidades del propio gobierno y del MAS, su instrumento político fundamental.[1] ¿Acaso Evo Morales no llamó a votar NO por las autonomías en el referéndum autonómico de 2006, realizado en el mismo momento en que se elegía a las personas que conformarían la Asamblea Constituyente, dejando la bandera de la autonomía en manos de la reacción (algo que los propio dirigentes del MAS luego han reconocido)? ¿Acaso no se ha aplicado al oriente del país esquemas organizativos y criterios que chocan con la idiosincrasia propia de esas tierras bajas? ¿No se ha tendido a catalogar de oligarcas secesionistas a todos aquellos que, siguiendo un sentir que viene de generaciones, se han manifestado a favor de la autonomía, ignorando las contradicciones que existen entre los grandes oligarcas pro imperialistas y una parte importante de los sectores medios urbanos blancos que —aunque críticos a determinadas políticas y acciones del actual gobierno— en las líneas gruesas lo apoyan porque representa por fin la dignificación los pueblos indígenas y la afirmación de la soberanía de la patria?
Pero si bien se puede debatir acerca de quien triunfó electoralmente y cada bando con distintos argumentos puede atribuirse la victoria, lo que es indiscutible es que el proyecto de país encabezado por Evo Morales salió reforzado. La mayoría de los sectores populares de Bolivia, especialmente los movimientos campesinos indígenas y los trabajadores de las ciudades, logró entender qué estaba en juego detrás de ese proyecto de la oligarquía cruceña que usa demagógicamente la bandera de la autonomía. Y también reaccionaron en este mismo sentido importantes sectores de profesionales y técnicos. Especialmente significativo fue el grupo “Santa Cruz Somos Todos” que en plenas entrañas del monstruo y arriesgando su integridad física y la de su familia elevaron su voz discrepante y llamaron a votar NO.
Lo que esa oligarquía buscaba y sigue buscando es derrocar al primer presidente indígena América Latina para volver a controlar las inmensas riquezas que encierra la región y que han comenzado a ser controladas por el estado ratificándose el Primero de Mayo la decisión del gobierno de avanzar en ese sentido con los anuncios de la recuperación del control mayoritario de cuatro transnacionales petroleras y la nacionalización de ENTEL, la compañía de telecomunicaciones. Una oligarquía que nunca comprendió el llamado a realizar una verdadera reforma agraria y a distribuir más equitativamente la riqueza en América Latina que hiciera, hace casi medio siglo, el Presidente de los Estados Unidos, John Kennedy. Hay que tener presente que quien hacía ese llamado era un liberal burgués que jamás podría ser catalogado de comunista y lo hacía para detener el avance de la revolución en nuestra América.
Pero ese pueblo no sólo comprendió qué estaba en juego sino que sintió la necesidad de articular sus luchas para golpear con un solo puño a la pequeña élite, que apoyada por el gobierno de los Estados Unidos, busca revertir el proceso de Revolución Democrática y Cultural que vive el país. Desde que triunfó Evo Morales fue el primer 1 de mayo en que el movimiento obrero representado por la legendaria Central Obrera Boliviana presidida por su secretario general, el dirigente minero Pedro Montes, participaba en una misma movilización con los movimientos campesinos indígenas, y todo hace pensar que este gesto unitario que implica poner por encima de las naturales diferencias y contradicciones entre los diferentes grupos, el interés de la Patria boliviana llegó para quedarse.
Las organizaciones populares bolivianas parecen haber entendido que la unidad de todos los sectores que defienden el proyecto de país humanista y solidario, respetuoso de las diferencias y respetuoso de la naturaleza que representa el Presidente Evo Morales, es lo único que lo hará irreversible.
Y hablando de la unidad quisiera recordar las siguientes palabras de Fidel, el gran artífice de la unidad del pueblo cubano: “Yo también pertenecí a una organización. Pero las glorias de esa organización son las glorias de Cuba, son las glorias del pueblo, son las glorias de todos. Y yo un día —agrega— dejé de pertenecer a aquella organización. ¿Qué día fue? El día [en] que nosotros habíamos hecho una revolución más grande que nuestra organización [...] Y al marchar a través de pueblos y ciudades, vi muchos hombres y muchas mujeres; cientos, miles de hombres y mujeres tenían sus uniformes rojo y negro del Movimiento 26 de Julio; pero más y más miles tenían uniformes que no eran rojos ni negros, sino camisas de trabajadores y de campesinos y de hombres humildes del pueblo. Y desde aquel día, sinceramente, en lo más profundo de mi corazón me pasé, de aquel movimiento al que queríamos, bajo cuyas banderas lucharon los compañeros, me pasé al pueblo; pertenecí al pueblo, a la revolución, porque realmente habíamos hecho algo superior a nosotros mismos.”[2]


[1]. Sobre esta organización política “sui géneris” aparecerá muy pronto el libro testimonio MAS IPSP de Bolivia. Partido que se construye desde los movimientos sociales, de Marta Harnecker y Federico Fuentes en esta página web (http://www.rebelion.org/)
[2]. Fidel Castro, Discurso del 26 de mayo de 1962, en Obra revolucionaria Nº11, 27 marzo, 1962, pp.36—37. Texto citado en Marta Harnecker, La estrategia política de Fidel . Del Moncada a la victoria, varias ediciones en América latina, ver http://www.rebelión.org/, autores, Harnecker.

en http://www.rebelion.org/

martes, 6 de mayo de 2008

Los dilemas de Evo


por: Nestor Kohan*

La derecha sólo respeta la legalidad cuando le favorece. La historia de nuestra América lo ha demostrado mil veces. La pulseada que hoy sacude a Bolivia no es una excepción.
El referendum autonómico de Santa Cruz es sólo la punta del iceberg. Gravísimo error sería limitar el debate a una cuestión leguleya. Es un secreto a voces que la burguesía de la “Medialuna”, blanca, racista, lumpen y dependiente, se propone voltear a Evo Morales. No está sola. Es asesorada y dirigida por el embajador norteamericano Philip Goldberd (quien trabajó entre 1994 y 1996 en Kosovo...). La CIA aplica en Bolivia un plan previsible. Combina el secesionismo de Kosovo, la guerra psicológica y el fogoneo a la contrarrevolución interna como ayer lo hizo en el Chile de Salvador Allende y hoy lo hace en la Venezuela de Chávez. Goldberd implementa un esquema de manual. Utiliza fundaciones como la National Endowment for Democracy (NED), la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) y otros organismos para transferir dinero a ONGs “independientes” y grupos de derecha, exactamente igual que en Venezuela. Desde 2005 la USAID dio 120 millones de dólares al año a la oposición supuestamente “democrática”. La plaza central de Santa Cruz está repleta de jóvenes mormones —camisa blanca, rubios, ojos celestes— que apenas hablan español y alertan contra “el demonio”... Sugerirle a Evo Morales que en ese contexto se siente a dialogar mansamente con esta burguesía guerrera, financiada por EEUU, no sólo es poco realista y escasamente pragmático. Es, sencillamente, SUICIDA.
Como el mismo Evo Morales reconoció en una entrevista que le hicimos en La Paz en marzo de 2008 (véase: http//:amauta.lahaine.org), el MAS ha llegado al gobierno, pero no tiene el poder. Precisamente de eso se trata. Si se pretende transformar a fondo la sociedad boliviana no puede eludirse el problema del poder, bajo el riesgo de perderlo todo.El dilema actual de Evo y el MAS consiste en saber si se puede frenar a la derecha haciéndole concesiones o es preferible confrontar y avanzar en el proceso. La respuesta es compleja pues el gobierno de Evo no es homogéneo. Está tironeado entre dos polos: la opción de los consejeros moderados (donde se inscriben algunos funcionarios de la vieja clase política, hoy devenidos progresistas, y algunos académicos que han acompañado el proceso) y la opción de sus militantes y bases sociales más radicales. Estos últimos proponen avanzar de modo radical en el proceso de reformas hasta quebrar el pacto implícito que maniata al gobierno y lo va debilitando lentamente. Si esta opción terminara predominando, Evo debería no sólo profundizar el enfrentamiento con la “Medialuna”. También debería imponer el control de precios para frenar la inflación (consigna que, según hemos podido escuchar de manera directa, sus propias bases le han sugerido a grito pelado en algunas manifestaciones) y acelerar el control total y no sólo parcial de los recursos naturales.
Queda escaso tiempo para decidir entre ambas alternativas. La historia es cruel y no perdona las indecisiones. Los pueblos postergados, humillados, explotados, están a la expectativa. Bolivia vive horas decisivas. El desenlace repercutirá en toda la región, desde Venezuela hasta Argentina.

*Docente de la UBA. Coordinador del Colectivo Amauta-Cátedra Che Guevara.

Proteger vidas no es una palabra sucia

por: Henry Saragih*

Mientras estallan los disturbios por hambre en todo el mundo, dirigentes mundiales como Pascal Lamy (Director General de la OMC), Dominique Strauss-Kahn, director del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon están alertando de los peligros del proteccionismo. Según el señor Ban, “Más comercio, no menos nos sacará del agujero en el que estamos” (1)
Durante la década pasada, la comida se ha convertido en una mercancía en los mercados mundiales igual que cualquier otro bien, como las motocicletas o las camisetas de algodón.
La alimentación ha sido siempre negociada en los mercados internacionales, pero las reglas del juego cambiaron dramáticamente en 1995, cuando el acuerdo en la OMC sobre la agricultura entró en vigor. Muchos países que hasta entonces producían suficiente comida para su propia alimentación fueron obligados a abrir sus mercados a productos agrícolas del extranjero. México comenzó a importar maíz, Indonesia arroz, Europa soja. Al mismo tiempo, la mayoría de las regulaciones estatales sobre existencias de reserva, precios, producciones o control de las importaciones y exportaciones fueron desmanteladas gradualmente. Como resultado, las pequeñas explotaciones agrícolas y ganaderas de todo el mundo no han sido capaces de competir en el mercado mundial. Se arruinaron. En Europa, una explotación desaparece cada minuto. En el mundo en vías de desarrollo, ser agricultor o ganadero no es considerado como un trabajo; es un estado de pobreza.
Bajo las reglas del comercio libre, la protección de los alimentos se ha convertido en un crimen. El proteccionismo se ha convertido en una palabra sucia.
Mientras tanto, los países se ha convertido en adictos a las importaciones de alimentos baratos, y ahora que los precios se están disparando, la fea cabeza del hambre está creciendo.
El 30 de abril, el anterior Secretario General de la ONU, Kofi Annan, dijo que África podría alimentarse a sí misma. “África no puede continuar viviendo de comida importada o de subsidios a la alimentación”, dijo a la BBC. El movimiento internacional de campesinos La Vía Campesina, con sus cientos de millones de miembros en África y en todo el globo, está de acuerdo con estas palabras. Estamos convencidos que los países pueden y deben alimentarse a sí mismos. El movimiento ha defendido la soberanía alimentaria durante más de una década, firmemente convencido de que los mercados locales y las pequeñas explotaciones sostenibles son la más eficaz y limpia manera de producir alimentos.
Proteger la producción nacional es el derecho de todo país a proteger a sus propios habitantes del hambre y de permitir a sus propios campesinos vivir con dignidad. El mercado es, desde luego, una herramienta muy útil cuando permite que se cumplan las necesidades de las mujeres, de los hombres y de los niños. Pero esto reina cuando la lógica del provecho comienza a devastar la propia supervivencia de las personas. Por ejemplo, cuando se vuelve más rentable utilizar maíz y soja para producir combustible que para alimentar seres humanos.
Teniendo en cuenta las consecuencias mortales de la actual adicción a la importación de alimentos, es obvio que la ayuda alimentaria no resolverá la actual crisis; sólo incrementará la dependencia. Ni la agricultura industrial ni los OMG son la solución, ya que consumen grandes cantidades de energía fósil, destruyen el medio ambiente y dejan a los pequeños campesinos fuera del negocio.
Para encarar el reto actual de alimentar al mundo, ha llegado ahora el tiempo para que los gobiernos garanticen que los pequeños campesinos accedan a la tierra, a las semillas y al agua, que protejan los mercados locales de alimentos y que apoyen a agricultura y la ganadería campesina sostenibles. Estas políticas prácticas permitirían a millones de familias campesinas vivir decentemente y con dignidad, y contribuirán a sanear el medio ambiente terrestre herido. Y alimentarán al mundo.
Proteger vidas es una maravillosa palabra.
*Coordinador Internacional de La Vía Campesina

viernes, 2 de mayo de 2008

Saludo a las hormigas obreras del viento*

Por: Raúl Hernán Contreras Román

Nosotros vivimos como las hormigas: juntamos durante el verano para pasar el invierno. Esa fue la primera gran lección de economía que aprendí de los labios de mi madre, una hormiga, como tantas, que viven en aquel hormiguero rodeado de cerros. Hormigas obreras que sin nacer morenas se tornaron negras al sol y al polvo.

Hace ya varios años que las temporadas no son muy generosas con las hormigas del viento. Los inviernos se hacen cada vez más largos y difíciles. Los potreros son cada vez menos y los sueños de la industrialización del hormiguero, que por tantos años vendieron, a cambio de un voto, las reinas hormigas holgazanes; terminó por ser un fracaso.

Por ello que las hormigas aprendieron a usar sus antenas para ir de potrero en potrero buscando un lugar donde hacer lo que saben. Hace tiempo se levantan antes, mucho antes, que la aurora y son llevadas a otros parajes donde el sol parece estar más cerca de la tierra, donde los suelos son más inhóspitos, donde crecen espinas, donde la sombra y el viento escasean.

A veces las hormigas pierden parte de sus dedos mientras trabajaban, a veces se insolan y pasan las tardes con sed. Mas eso importa, porque ni las heridas, ni la piel destrozada, ni la deshidratación se van ni se ven en la exportación.

Muchos piensan que las hormigas no saben pronunciar algunas palabras del español tan refrendadas en estos tiempos, quizás el sol no sólo haya dañado su piel; sino también sus odios. Tan dañados se encuentran que desde hace mucho tiempo que las hormigas no logran distinguir la sutil diferencia sonora entre exportación y explotación. Eso porque desde el tiempo de "las botas y los sables" que se impuso en las mentes la idea de que exportación es sinónimo de trabajo. Al mismo tiempo que se imponía en las espaldas de las hormigas la idea de que trabajo era sinónimo de explotación.
*Texto en homenaje a los trabajadores y trabajadoras temporeras de la ciudad del viento, Llay-llay; V Región, Chile
Fotografías Rodrigo Salinas www.elpimiento.cl