por: Agencia de Información
de Escuala Nacional Sindical, Colombia
Con el asesinato del lotero José Omar Galeano Martínez, Presidente Nacional de la Federación Colombiana de Loteros (FECOLOC), ocurrido el pasado sábado en la ciudad de Buga, Valle, ya son 38 los sindicalistas (34 hombres y 4 mujeres) que este año han perdido la vida violentamente en Colombia, según datos de la Escuela Nacional Sindical (ENS)
Tal cifra da cuenta del preocupante incremento de este fenómeno en Colombia, toda vez que el número de sindicalistas asesinados en los 8 meses que van corridos de este año, es casi igual al registrado durante todo el año anterior, cuando se contabilizaron 39 casos en todo el país. Con un agravante: este año el porcentaje de dirigentes asesinados es mayor: 15, frente a 10 del año anterior.
José Omar Galeano Martínez fue abatido por sicarios que le propinaron dos impactos de bala cuando, a las diez de la noche, se movilizaba en su motocicleta por las calles de Buga. Según información de la CUT, central sindical de la cual es filial la Federación Colombiana de Loteros, Galeano Martínez lideraba la lucha en defensa del derecho al trabajo de los loteros del país, quienes en forma unida se oponen a la entrega de las loterías nacionales a consorcios privados. Por tal razón, la CUT asegura que se trata de un crimen con móviles políticos.
Es el tercer sindicalista asesinado en este mes de agosto. El día 13, en Puerto Asís, Putumayo, había sido acribillado de 7 impactos Manuel Erminson Gamboa Meléndez, de 32 años y padre de tres niños, quien figuraba como vicepresidente de la Asociación Campesina para la Defensa del Putumayo, y como miembro de la Junta Nacional de Fensuagro.
El 8 de agosto, en Saravena, Arauca, la víctima fue Luís Mayusa Prada, de 46 años de edad, quien ese día había salido a acompañar a uno de sus cuatro hijos a una cita médica. De regreso a casa, a las 8:00 de la mañana, fue baleado por sicarios, sin que hasta el momento se tenga información de sus identidades ni de los autores intelectuales. Mayusa se encontraba en Saravena desplazado del departamento del Meta, donde hasta días antes de su muerte se había desempeñado como integrante de la subdirectiva de la CUT en este departamento.
Los 38 asesinatos hacen parte del conjunto de 200 violaciones que en lo que va del año se han cometido contra la vida, la libertad y la integridad de trabajadores sindicalizados, y que comprenden también amenazas, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, atentados y otras formas de victimización.
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) ha sido la más afectada por la racha de crímenes. 29 de los asesinados pertenecían a sindicatos afiliados a esta Central. Otros 5 pertenecían a sindicatos filiales de la CGT, y 4 a organizaciones no confederadas.
El sindicato más golpeado es Fensuagro (Federación Sindical Nacional Unitaria Agropecuaria), filial de la CUT, que registró 5 casos de homicidio. También el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Valle (Sutev), con 4 homicidios. La Asociación de Educadores del Norte de Santander y el sindicato de los trabajadores del IMPEC, registraron de a tres casos de asesinatos de afiliados.
Llama también la atención el grado de impunidad que, hasta el momento, ha rodeado estos crímenes, pues, según la información disponible, por estos hechos sólo han sido detenidas dos personas.
Tal cifra da cuenta del preocupante incremento de este fenómeno en Colombia, toda vez que el número de sindicalistas asesinados en los 8 meses que van corridos de este año, es casi igual al registrado durante todo el año anterior, cuando se contabilizaron 39 casos en todo el país. Con un agravante: este año el porcentaje de dirigentes asesinados es mayor: 15, frente a 10 del año anterior.
José Omar Galeano Martínez fue abatido por sicarios que le propinaron dos impactos de bala cuando, a las diez de la noche, se movilizaba en su motocicleta por las calles de Buga. Según información de la CUT, central sindical de la cual es filial la Federación Colombiana de Loteros, Galeano Martínez lideraba la lucha en defensa del derecho al trabajo de los loteros del país, quienes en forma unida se oponen a la entrega de las loterías nacionales a consorcios privados. Por tal razón, la CUT asegura que se trata de un crimen con móviles políticos.
Es el tercer sindicalista asesinado en este mes de agosto. El día 13, en Puerto Asís, Putumayo, había sido acribillado de 7 impactos Manuel Erminson Gamboa Meléndez, de 32 años y padre de tres niños, quien figuraba como vicepresidente de la Asociación Campesina para la Defensa del Putumayo, y como miembro de la Junta Nacional de Fensuagro.
El 8 de agosto, en Saravena, Arauca, la víctima fue Luís Mayusa Prada, de 46 años de edad, quien ese día había salido a acompañar a uno de sus cuatro hijos a una cita médica. De regreso a casa, a las 8:00 de la mañana, fue baleado por sicarios, sin que hasta el momento se tenga información de sus identidades ni de los autores intelectuales. Mayusa se encontraba en Saravena desplazado del departamento del Meta, donde hasta días antes de su muerte se había desempeñado como integrante de la subdirectiva de la CUT en este departamento.
Los 38 asesinatos hacen parte del conjunto de 200 violaciones que en lo que va del año se han cometido contra la vida, la libertad y la integridad de trabajadores sindicalizados, y que comprenden también amenazas, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, atentados y otras formas de victimización.
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) ha sido la más afectada por la racha de crímenes. 29 de los asesinados pertenecían a sindicatos afiliados a esta Central. Otros 5 pertenecían a sindicatos filiales de la CGT, y 4 a organizaciones no confederadas.
El sindicato más golpeado es Fensuagro (Federación Sindical Nacional Unitaria Agropecuaria), filial de la CUT, que registró 5 casos de homicidio. También el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Valle (Sutev), con 4 homicidios. La Asociación de Educadores del Norte de Santander y el sindicato de los trabajadores del IMPEC, registraron de a tres casos de asesinatos de afiliados.
Llama también la atención el grado de impunidad que, hasta el momento, ha rodeado estos crímenes, pues, según la información disponible, por estos hechos sólo han sido detenidas dos personas.
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